Qué confusa es la vida,
que sedienta, abre a veces sus fauces
y amenaza devorarnos.
Misterioso el amor que nos convoca
a la pasión,
y es candil del universo,
y es brasa en noche de lujuria inolvidable.
Entretejiendo dias en cambio,
la felicidad es simple, es serena,
se derrama a tu lado,
se aleja y cobra vida en la distancia,
como el fuego que crepita y me alcanza.
Se desliza entre mis manos
cuando tu piel es mi destino
y tu placer mi proyecto.
Inquieta nuestra semilla
florece en el mundo
y en la casa de luz
al final de todos los senderos,
sabré que me acompañas
hasta el último encuentro,
en la alegría eterna de sabernos uno
serán tuyas mis palabras