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Poesia Y Política
Blog de RicardoLuis Plaul
29 de Julio, 2010    política

Historia del Movimiento Obrero en Argentina. Segunda etapa

HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO
SEGUNDA ETAPA: 1922- 1955

USA y COA
En 1922 un nuevo intento de unidad fracasa. El resultado es la creación de una nueva central: la Unión Sindical Argentina (USA) y la desaparición de la FORA del X Congreso.
En 1926 se produce una nueva división y se crea la Confederación Obrera Argentina (COA), que adopta un principio de organización de gran importancia, y que la hacía diferir totalmente de la FORA y de la USA: adoptaba como forma básica de organización sindical la federación por rama de industria o de actividad; el sindicato de rama.
La organización sindical por sector industrial, cuyo ejemplo era la Confederación Ferroviaria apoyada en la Unión Ferroviaria, traerá consecuencias importantes para el movimiento obrero y las relaciones laborales. El sindicalismo ferroviario se volvería dominante en los años '20 hasta los años '40.El sindicalismo argentino comenzaba a preparar grandes estructuras sindicales capaces de negociar con las grandes empresas, las organizaciones empresariales y el gobierno.

De 1930 a 1943

Contexto económico: un nuevo modelo productivo (1930-1991) [editar]
La crisis económica de 1929 y el golpe militar de 1930 abrirán la puerta a un cambio completo del modelo económico de Argentina, que tendrá consecuencias profundas para el movimiento obrero y el sistema de relaciones laborales. Básicamente, se preservó el latifundio y la producción agro-ganadera orientada a la exportación (Pacto Roca-Runciman), pero al mismo tiempo se estableció un modelo de sustitución de importaciones industriales que habrá de generar un extenso sector industrial con amplia utilización de mano de obra asalariada. Ambos sectores, el agro-exportador y el industrial sustitutivo, se desarrollaron en forma paralela con mímimas conexiones entre si. El sistema económico finalmente requería de una considerable intervención del Estado, que derivará en la creación de importantes empresas públicas y agencias estatales de regulación económica (Junta Nacional de Granos, CAP, etc.).

Golpe militar y sindicalismo

El 6 de septiembre de 1930 se produce un golpe de estado militar, encabezado por José Félix Uriburu, que derroca al gobierno radical de Hipólito Yrigoyen. Se inicia un período conocido en la historia argentina como Década Infame(1930-1943).

El golpe militar de 1930 es el primero de una larga secuela que establecerá un ciclo de golpes militares y violaciones de derechos humanos, apoyados por los grupos conservadores, interrumpidos por breves experiencias democráticas, que irán siendo cada vez más violentos. El ciclo golpe-elección recién se detendrá en 1983, luego de la derrota del último gobierno militar en la Guerra de Malvinas.
Una de las causas de los golpes de estado, puede encontrarse en la desconexión y enfrentamiento existente entre las clases medias y las clases trabajadoras. El movimiento sindical no actúa contra el golpe militar, en gran medida porque las atrocidades cometidas durante el gobierno del Hipólito Yrigoyen contra el movimiento obrero (Semana Trágica, Patagonia Rebelde) le impiden visualizarlo como un gobierno democrático.

Aparece la CGT

Pocos días después del golpe militar, el 27 de septiembre de 1930, los trabajadores argentinos creaban la Confederación General del Trabajo (CGT). Sin embargo, habría que esperar aún 6 años para que la misma se organizara formalmente con su Congreso Constituyente desarrollado entre el 31 de marzo y el 2 de abril de 1936. Hasta entonces la CGT actuará mediante sencillos mecanismos de articulación sindical.
La creación de una central sindical unitaria es un objetivo permanente del movimiento obrero argentino desde sus mismos inicios. La iniciativa de crear la CGT parte de la FOPA (Federación Obrera Poligráfica Argentina), organización sindical en la que coexistían socialistas (Pedro Porcel), comunistas (Manuel Punyet Alberti) y sindicalistas (Sebastián Marotta).
La FOPA había emitido una declaración en 1927 en la que afirmaba:
"En estas circunstancias toda división constituye un verdadero crimen contra los intereses proletarios, en beneficio exclusivo de la clase capitalista" (1)
y convocaba a hacer:
" todos los esfuerzos para unir en un solo organismo nacional a todos los explotados por el régimen burgués y capitalista en la región argentina".
La USA (sindicalista) y la COA (socialistas) aceptan la fusión, en tanto que la FORA (anarquista) la rechaza. Por su parte los sindicalistas comunistas se oponen a los términos de la unidad sindical, y prefieren orientarse a la creación de sindicatos y una central claramente alineada con el comunismo. Un sector del socialismo (Pérez Leirós) también se opuso a la unidad, lo que llevará al retiro de La Fraternidad del proceso de unidad. Es la Confederación Ferroviaria liderada por socialistas cercanos a los sindicalistas, la que presiona agresivamente y finalmente obtiene el consenso suficiente para crear la CGT.
El golpe de estado militar del 6 de septiembre de 1930, la inmediata ilegalización de la FORA y el comienzo de la represión al conjunto del movimiento obrero precipitaron la unidad.
El 27 de septiembre de 1930 se determina el nombre de la organización, tomado de su homónima francesa de tendencia sindicalista revolucionaria, y se elige a su primera conducción:
Secretario General: Luis Cerruti
Prosecreatario: Alejandro Silvetti
Tesorero: Andrés Cabona
Protesorero: José Negri
Vocales: Abraham Resnik, Segundo Ortiz, José Milani, Luis González, Ceferino López, Antonio Melani.
En ese momento la CGT representaba 124.500 miembros (la COA aportaba 90.000 y la USA 14.000; poco después se suman los tranviarios con 10.000, telefónicos con 2.000 y ATE-estatales, con 7.500).
La creación de la CGT es un acto de gran trascendencia en la vida política de Argentina, porque preparaba las condiciones para que la clase obrera argentina dejara de ser un actor marginal del proceso histórico, para convertirse en un prot
La Ley 11.729 (contrato de trabajo en el sector servicios)

Uno de los hechos más destacados de la década fue la sanción de la Ley 11.729 de reformas al Código de Comercio, que estableció un avanzado sistema de relaciones laborales para los trabajadores del sector comercial y de servicios, y que constituyó el principal antecedente de la Ley de Contrato de Trabajo 20.744, sancionada 40 años después en 1974. La sanción de esta avanzada ley laboral se explica por alto nivel de unidad logrado por la alianza de la Confederación de Empleados de Comercio, la Unión de Cortadores de Confección, la Asociación Bancaria, la Asociación de Viajantes de Comercio y la Asociación de Empleados de Farmacia, que aunados en una Comisión Intersindical presidida por Angel Borlenghi (socialista), logran la sanción de la ley en 1936, luego de 4 años de luchas y negociaciones.
El éxito que implicó la sanción de esta ley promoverá a Angel Borlenghi al primer plano del movimiento sindical argentino, y a dirigir la CGT. A partir de 1945 Borlenghi adherirá al peronismo y será Ministro del Interior del gobierno de Perón, el segundo hombre en importancia.

Generalización del sindicato por rama [editar]

La CGT promovió fuertemente la organización sindical a partir de cada rama de producción. De este modo se modificó totalmente el panorama sindical. Los sindicatos aparecieron con un número menor y más cohesionados, a diferencia de la gran cantidad de organizaciones dispersas que caracterizaba hasta entonces al sindicalismo por oficio y por especialidad que era la base de la FORA. El número absoluto de sindicatos existentes disminuyó, pero se verificó un aumento de la potencia de la clase trabajadora como conjunto.
El surgimiento de la CGT venía a concretar en la Argentina esta transformación estructural del sindicalismo que estaba sucediendo a nivel mundial. El 70% de los sindicatos de la CGT estaban organizados por rama de industria o actividad.
El caso del sindicato de la construcción es útil para comprender el proceso. Los trabajadores de la construcción crearon un sindicato único en esa década. Antes estaban separados en 14 sindicatos distintos: pintores, albañiles, yeseros, parqueteros, marmolistas, escultores, modeladores, carpinteros, aserradores, colocadores de mosaicos, colocadores de vidrios, electricistas, calefaccionistas y picapedreros.

El 1 de mayo de 1936
En marzo de 1936 se desarrolla finalmente el demorado Congreso Constituyente de la CGT, elaborando sus estatutos definitivos. Allí se puntualizaron las fallas del sindicalismo argentino y su gravitación en el desarrollo nacional. La declaración emitida en aquella ocasión preanuncia con claridad el papel que el movimiento obrero argentino habría de desempeñar en los años siguientes:
Esta orientación estratégica de la actividad sindical hacia el Estado, de características fuertemente nacionalistas, para influir en el gobierno y la sociedad en su conjunto, constituirá la característica central del movimiento obrero argentino durante el resto del siglo XX.
La notable transformación que estaba produciendo el movimiento obrero argentino en la década del 30, se hará evidente en la organización del Acto del 1 de mayo de 1936. En un gesto sin precedentes, la CGT asume entonces la misión de unir alrededor suyo a los demás sectores populares, convocando a los partidos socialista, radical, demócrata progresista y comunista, y al movimiento estudiantil, a compartir el acto y la tribuna. El resultado fue una manifestación sin precedentes en la historia argentina, que convocó a más de 160.000 personas. En él, hablaron José Domenech (CGT), Arturo Frondizi (UCR), Lisandro de la Torre (PDP) y Mario Bravo (PS), y por primera vez en un 1 de Mayo se entonó el himno nacional.
En su discurso frente a la multitud, el senador demócrata progresista Lisandro de la Torre, definía el sentido del acto diciendo:
"Este mitin formidable de ciudadanos libres se propone ratificar el repudio de la política gubernamental que ha endeudado la economía a los monopolios extranjeros".
La magnitud de la convocatoria política y social, estaba situando al movimiento obrero argentino, por primera vez, como protagonista de la historia argentina. La llamada historia "chica" del sindicalismo había crecido hasta mezclarse con la historia "grande" del país.

CGT Nº1 y CGT Nº2

En 1942 y que existió hasta 1943, cuando la CGT Nº2 es disuelta por el régimen militar entonces gobernante.
El 10 de marzo de 1942 se reunió el Comité Confederal Central de la CGT, con el fin de elegir la sutoridades. Se presentan dos listas, que serán denominadas Nº1 y Nº2.
En el momento de la votación se produce un serio conflicto porque uno de los representantes sindicales cambia su voto, causando el triunfo de la Lista Nº1 por un solo voto, veintitrés votos contra veintidós. Ambas listas se atribuyeron el triunfo, llevando a una división de hecho de los sindicatos en dos grupos, ambos conducidos por dirigentes socialistas (José Domenech y Francisco Pérez Leirós). El Partido Socialista hizo gestiones para que el conflicto se resolviera, pero no tuvo éxito y ambos grupos se separaron en CGT Nº1 y CGT Nº2.
La CGT Nº1 fue conducida por José Domenech, como secretario general y la CGT Nº2 por Francisco Pérez Leirós, primero y Angel Borlenghi, después.
Por lo tanto en ese momento co-existen en Argentina cuatro centrales sindicales: FORA (anarquista), USA (sindicalista revolucionaria), CGT Nº1 (socialistas y comunistas), CGT Nº2 (socialistas y comunistas).

El peronismo 1943-1955
El movimiento sindical y el surgimiento del peronismo (1943-1945)

La emergencia del peronismo a partir de 1943 va a reconfigurar completamente el movimiento obrero argentino. El peronismo es un hecho histórico complejo, consecuencia directa de las características inusuales en las que se ha desarrollado la Argentina, en el que se combinarán el sindicalismo anterior a 1943 (anarquistas, socialistas, sindicalistas revolucionarios y comunistas) impulsado por la inmigración europea masiva, las nuevas migraciones internas del siglo XX, el industrialismo (sustitución de importaciones) desarrollado ampliamente a partir de 1930, el auge de las empresas estatales desarrolladas desde la década de 1920, y el "nacionalismo obrero" (Bailey, 1985) que venía evolucionando desde la década de 1910.
El 4 de junio de 1943 militares nacionalistas dirigidos por el General Arturo Rawson desplazan por medio de un golpe de estado al presidente Ramón S. Castillo, último presidente de la llamada "Década Infame" una línea de gobiernos acusados de corruptos y que habían impuesto el llamado fraude patriótico desde el golpe militar de 1930.



El movimiento obrero se mostró inicialmente perplejo frente al golpe e indeciso sobre la posición que se debía adoptar. Estaba dividido en cuatro centrales (CGT Nº1, CGT Nº2, USA y FORA). Una de las primeras medidas del gobierno fue disolver la CGT Nº2 (dirigida por el socialista Francisco Pérez Leirós), los empleados de comercio de Borlenghi y los sindicatos comunistas (construcción, carne, etc.), acusándola de extremista. Ello llevó a varios de los sindicatos que la integraban a volver a la CGT Nº1 (secretario general José Domenech). Poco después el gobierno sancionó una legislación sobre sindicatos, que si bien cumplía algunas expectativas sindicales, al mismo tiempo permitía la intervención de los mismos por parte del Estado. En seguida el gobierno militar hace uso de esa ley para intervenir los poderosos sindicatos ferroviarios y corazón de la CGT, la Unión Ferroviaria y La Fraternidad. En octubre una serie de huelgas fueron respondidas con el arresto de decenas de dirigentes obreros. Pronto resultó evidente que el gobierno militar estaba integrado por influyentes sectores anti-sindicales.
En esas condiciones algunos dirigentes sindicales socialistas, sindicalistas y algunos comunistas, encabezados por Angel Borlenghi (socialista y secretario general de la poderosa Confederación General de Empleados de Comercio en la disuelta CGT Nº2 socialista), Francisco Pablo Capozzi (La Fraternidad), Juan A. Bramuglia (Unión Ferroviaria), entre otros, decidieron, aunque con reservas y desconfianza, emprender una estrategia de alianzas, con algunos sectores del gobierno militar que compartían los reclamos sindicales. Entre los militares estaban los jóvenes coroneles Juan D. Perón y Domingo A. Mercante. (Baily,84; López, 401).
Los sindicalistas proponen a los militares crear una Secretaría de Trabajo, fortalecer la CGT y sancionar una serie de leyes laborales que aceptaran los reclamos históricos del movimiento obrero argentino. Poco después, la alianza entre sindicalistas y militares obtuvo que el gobierno militar designara a Perón como Director del Departamento de Trabajo, un cargo aparentemente sin valor alguno. Un mes después, consiguen elevar la jerarquía del organismo a Secretaría de Estado (2 de diciembre de 1943). Desde la Secretaría de Trabajo, Perón, con el apoyo de los sindicatos empieza a desarrollar gran parte del programa sindical histórico: se crearon los tribunales de trabajo; se sancionó el Decreto 33.302/43 extendiendo la indemnización por despido a todos los trabajadores; más de dos millones de personas fueron beneficiados con la jubilación; se sancionó el Estatuto del Peón del Campo y el Estatuo del Periodista; se crea el Hospital Policlínico para trabajadores ferroviarios; se prohíben las agencias privadas de colocaciones; se crean las Escuelas Técnicas dirigidas a obreros; en 1944 se firmaron 123 convenios colectivos que alcanzaban a más de 1.400.000 obreros y empleados y en 1945 otros 347 para 2.186.868 trabajadores.
En ese marco los sindicatos comenzaron un período de de gran crecimiento, y lo que fue aún más decisivo, comenzaron a afiliar masivamente a los "nuevos" trabajadores, los que estaban migrando masivamente a la ciudad desde el interior del país, los llamados "morochos", "grasas" y "cabecitas negra" por las clases medias y altas, y los propios trabajadores "viejos" descendientes de la inmigración europea.
Poco después, algunos sindicatos que se habían mantenido alejados, la CGT Nº1, la USA y los gremios autónomos, comienzan a unificarse en torno de la Secretaría de Trabajo. Pero en sentido contrario, en septiembre de 1945, 4 importantes sindicatos se separan de la CGT: La Fraternidad, la Unión Obrera Textil, la Confederación de Empleados de Comercio y el Sindicato del Calzado.

La alianza entre sindicatos y el grupo de jóvenes militares encabezados por Perón generó inmediatamente una fuerte oposición de los sectores conservadores políticos, económicos y militares, con apoyo de la embajada de Estados Unidos (Braden) que genera una alta polarización para 1945. Los hechos se sucedieron vertiginosamente.
Comienzan a producirse manifestaciones masivas de sectores estudiantiles en contra de lo que denominan "la dictadura de las alpargatas" (López:410). Las manifestaciones obreras contestan: "alpargatas si, libros no".
El 12 de julio de 1945 los sindicatos dirigidos por Borlenghi realizan un acto masivo el centro de la ciudad de Buenos Aires (en Diagonal Norte y Florida). Al finalizar, la multitud de trabajadores comienzan a corear el nombre de Perón y lo proclaman como candidato a presidente. (López,412; Luna,156)
La manifestación obrera es respondida el 19 de septiembre por los sectores medios y altos con la Marcha de la Constitución y la Libertad, que reunió la extraordinaria cantidad de 200.000 personas, marchando del Congreso a los barrios de clase alta (Recoleta), donde apoyan al ex presidente Rawson| que sale al balcón de su casa. (Luna,219)
Días después Rawson| un planteo militar que fracasa pero abre el camino al conato militar del 9 de octubre de 1945 que exige la renuncia de Perón. El gobierno militar, para no caer, acepta.
El 10 de octubre en el momento que Perón deja el despacho, la CGT realiza un acto en su apoyo en la esquina de las calles Perú y Alsina. Perón se dirige entonces al acto y pronuncia un famoso discurso en el que detalla un avanzado programa de reivindicaciones laborales. (Luna,248/249;)
El Círculo Militar (Palacio Paz) se convierte entonces en el centro político de los sectores más conservadores y los estudiantes. En un acto espontáneo se reclama el fusilamiento del Perón y se organiza una "partida" para realizar la misión. Las calles de la ciudad es ocupada desorganizadamente por las clase medias que piden la cabeza de Perón. (Félix Luna; El 45).
El gobierno ordena la captura de los dirigentes sindicales que pasan a la clandestinidad. Perón es detenido por la Marina y confinado en la Isla Martín García.
La detención de Perón es recibida con júbilo por las clases medias y altas, y por el movimiento estudiantil, que organizan un acto masivo sin precedentes en la Plaza San Martín, frente al Círculo Militar. El país entre en un estado caótico y pre-revolucionario.
En los días siguientes se anuncia en las fábricas que los convenios colectivos quedan sin efecto, y se despide a miles de delegados sindicales. El día 16 de octubre la quincena se cobra sin los adicionales de las leyes laborales sancionadas en los dos últimos años. La CGT convoca a una "huelga general revolucionaria" para el 18 de octubre.
Sin embargo los líderes sindicales locales no esperan y el día 17 de octubre de 1945 se produce la manifestación obrera más importante de la historia argentina. Cientos de miles de trabajadores, hombres y mujeres, de las zonas marginales, invadieron la ciudad reclamando la libertad de Perón. El gobierno militar llegó a cortar los puentes que separan la ciudad de las zonas fabriles (Avellaneda), pero la movilización fue indetenible y tomó por sorpresa a los sectores medios y altos de Buenos Aires. Se hizo famosa entonces la frase de un dirigente político conservador: "es un aluvión zoológico". La presión de la multitud obligó al gobierno militar a liberar a Perón esa noche. La propia multitud exigió que Perón saliera a uno de los balcones de la Casa Rosada, lo que finalmente hizo, por primera vez.
La movilización del 17 de octubre de 1945 obligó al gobierno militar a llamar a elecciones, que se realizaron cuatro meses después, resultando elegido presidente Juan D. Perón, con el apoyo del recientemente creado Partido Laborista por parte de un gran número de sindicatos.
Históricamente el 17 de octubre es el ingreso de la clase obrera argentina como protagonista de la historia grande del país. Hasta el 17 de octubre, la historia sindical argentina aparece como información marginal o esporádica, la mayor parte de las veces en las secciones policiales de los periódicos. A partir del 17 de octubre, la historia sindical será un componente importante de la información difundida por los medios de comunicación, así como de los análisis socio-político-económicos sobre Argentina.


El movimiento sindical y el gobierno peronista (1946-1955)
Disolución del Partido Laborista y auge de la CGT. El verticalismo

Poco después de las elecciones que le dieron el triunfo a Perón, los diferentes partidos que integraban la coalición que lo apoyó se disuelven para fusionarse en el Partido Justicialista. De ese modo desaparece el efímero Partido Laborista Argentino. Solo Cipriano Reyes, uno de los principales dirigentes del sindicato de la carne que jugó un papel decisivo en el 17 de octubre y el posterior triunfo electoral del peronismo, intenta mantener el Partido Laborista. Pero al enfrentarse con Perón queda aislado y finalmente es detenido, bajo la falsa acusación de haber intentado matar al presidente y su esposa y será condenado a 10 años de prisión.
El movimiento obrero fue considerado la columna vertebral del Partido Justicialista. La CGT unificada adquirió un enorme poder. Sus afiliados pasaron de 80.000 en 1943, a 1.500.000 en 1947 y 4.000.000 en 1955. La CGT participaba de las reuniones de gabinete. En el Parlamento, un tercio de los diputados correspondía a la rama sindical, que funcionaba como bloque. La nueva provincia del Chaco se conformó como un Estado sindical. Y cuando en los años finales del gobierno peronista, se expropió al diario conservador opositor "La Prensa", el mismo fue entregado a la CGT. Se sancionó la Ley 14.250 (de Convenios Colectivos de Trabajo), ratificando el papel central de los sindicatos, al establecer la aplicación de los convenios colectivos a afiliados y no afiliados.

Los derechos de los trabajadores en la Constitución de 1949

En 1949 se sanciona una nueva constitución, sumamente discutida por la oposición al gobierno peronista, que será derogada por el golpe militar de 1955. Esa Constitución, conocida como Constitución de 1949, incorporó por primera vez los derechos del trabajador en el constitucionalismo argentino. Los mismos fueron incluidos en el art. 37, conocido como Decálogo del Trabajador, donde se detallaban 10 derechos laborales:

Derecho de trabajar
Derecho a una retribución justa
Derecho a la capacitación
Derecho a condiciones dignas de trabajo
Derecho a la preservación de la salud
Derecho al bienestar
Derecho a la seguridad social
Derecho a la protección de su familia
Derecho al mejoramiento económico
Derecho a la defensa de los intereses profesionales
Es importante notar que el derecho de huelga no se encuentra incluido en el decálogo y que durante el gobierno peronista muchos dirigentes opinaban que en un "gobierno popular" el derecho de huelga debía encontrarse restringido a casos extremos.


La distribución de la renta entre 1946 y 1955

Las leyes laborales y el incremento de los salarios impulsado por la negociación colectiva promovió una distribución del ingreso nacional más justa. "El componente salarial del ingreso nacional superó, por primera vez en la historia, a la retribución obtenida en concepto de ganancias, intereses y renta de la tierra. En 1948 aquel ascendía a 53% contra 47% de este, lo que se comparaba favorablemente con la situación imperante sólo un lustro atrás, cuando los trabajadores percibían 44,4% y los empresarios, capitalistas y rentistas recibían 55,6%" (Gerchunoff y Llach, El ciclo..., Ariel, 1998, 182).


La crisis económica de 1949 y el Congreso de la Producción de 1952

La estrategia distributiva del peronismo comenzó a declinar en 1949 y mostrar claros signos de agotamiento ya en 1952. Perón intenta abrir un camino de salida, llamando a un Congreso de la Productividad, tripartito, con el fin de acordar una estrategia de aumento de la productividad entre el gobierno, los sindicatos y los empresarios. Pero el predominio de las visiones sectoriales hicieron imposible alcanzar un consenso.

Bombardeo de Plaza de Mayo y golpe de estado

Con el gobierno peronista relativamente debilitado por 10 años de gobierno, la crisis económica, y la polarización social entre trabajadores por un lado, y sectores medios y altos, por el otro, el 16 de junio de 1955 se produce un acto de enorme violencia: aviones de la marina de guerra bombardean Plaza de Mayo, pleno centro de Buenos Aires, asesinando a cientos de personas, en su mayoría trabajadores de la CGT que se había movilizado en defensa del gobierno. La violencia política irá escalando en las próximas y una gran parte de los muertos pertenecerán al movimiento obrero. El 16 de septiembre de 1955 un golpe militar derroca al gobierno peronista.

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