Historia del Movimiento Obrero. Segunda etapa

HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO
SEGUNDA ETAPA: 1922-1950

CONTEXTO INTERNACIONAL

El siglo XX presenta un cuadro relativamente favorable, en sus comienzos, para los grandes capitalistas de los países donde se había producido en los finales del siglo XIX el surgimiento del imperialismo. Toma cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero y adquiere importancia decisiva la exportación de capitales de los monopolios hacia los países dependientes. Da comienzo el reparto del mundo con los trusts internacionales y ha terminado el reparto del mismo entre los países capitalistas más importantes. Su redistribución será la causa última de las guerras mundiales del siglo. Este proceso modifica profundamente la política mundial y hará sentir también sus efectos en el movimiento obrero europeo.
En 1929 se inicia en EEUU una gran crisis de superproducción, que adopta la forma de crisis bursátil y que se propaga rápidamente al mundo capitalista produciendo transformaciones en los alineamientos políticos en el movimiento obrero. La crisis golpeó violentamente a los bancos, retrocedió la producción, hubo una gran crisis agrícola y descendió el comercio mundial. Ante la desocupación, la miseria y el hambre se produjeron grandes huelgas y manifestaciones obreras. En los EEUU hubo entre 1929 y 1933 más de tres mil huelgas en las que murieron casi cien obreros por la represión policial. El movimiento huelguístico se extendió a Europa, donde la miseria llegó a grados subhumanos.
En septiembre de 1922 se agrava la enfermedad de Lenin y muere en 1924. Lenin se esforzó desde su lecho de enfermo por evitar la escisión que preveía en el seno de la dirección del partido. A partir de su muerte, sin embargo, se profundiza la contraposición de dos líneas político- estratégicas: la defensora de la teoría del socialismo en un solo país, que tendrá como exponentes principales a Stalin y Bujarín y la que será luego calificada como partidaria de la "revolución permanente", encabezada por Trotski junto a Zinoviev y Kamenev. Ambas posturas se enfrentan en 1925 y 1927. Trotski sostenía que era imposible construir el socialismo en un solo país dad la acción combinada y negativa del mercado mundial capitalista y la presión de las masas campesinas rusas. Afirmaba subordinar todo a la revolución internacional acelerando la industrialización en la URSS. A fines de 1927, la línea triunfante expulsó del partido a Trotski y a sus partidarios. De 1930 a 1934 se levantaron los cimientos de la economía socialista: la industria pesada, la colectivización y mecanización de la agricultura, etc.
El Estado sufre la hostilidad exterior del fascismo en ascenso y se practican juicios y fusilamientos de aquellos a los que se acusa de ser espías nazis. Antonio Gramsci, el dirigente de la internacional que más se opone a Stalin desde una óptica leninista, es encarcelado por el fascismo en 1926 y liberado gravemente enfermo poco antes de su muerte. La desviación nacionalista se iba a combinar con la creciente burocratización del aparato estatal y la pérdida de poder de los soviet que pasan a ser una correa de transmisión de las decisiones de la dirección del partido. El dogmatismo ideológico y las persecuciones no son más que mecanismos de control de la burocracia para garantizar la aplicación de su línea política.
El surgimiento del fascismo como dictadura terrorista de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero internacional, es enfrentado con la táctica del Frente Único antifascista, según lo aprobado por el VII Congreso de la Internacional de 1935. La lucha quedó en los marcos aceptados por las burguesías no fascistas de cada país con las que Stalin buscó alianzas. Desde 1943 se perfila la derrota de Alemania, Para impedir que las posibles convulsiones de posguerra sean aprovechadas por los comunistas, la coalición anglo-americana reclama la disolución de la Internacional, a lo que Stalin accede. La derrota del fascismo y el avance del Ejército Rojo trajeron aparejado el triunfo de las fuerzas revolucionarias en Polonia, Checoslovaquia, Rumania, Hungría, Bulgaria, Yugoeslavia, Albania y una parte de Alemania. En estos países se comienza la construcción del socialismo. Los partidos comunistas de Francia e Italia se guiaron por una orientación moderada, ajustada a los acuerdos de Stalin en Yalta y Postdam, donde se acordó la división del mundo en áreas de influencia de las potencias. El aislamiento y la derrota de la revolución griega queda como dramático testimonio de estos acuerdos. En Asia, Stalin presiona a los comunistas chinos para que sigan el ejemplo europeo y colaboren con el gobierno burgués de Chiang Kai-Sek, pero las fuerzas encabezadas por Mao se niegan y el 1ero. de Octubre de 1949 se proclama la República Popular China. La revolución china triunfó en un proceso de revolución "ininterrumpida" que condensó "veinte años en un día" según los dirigentes chinos. Esto quiere decir que resolvió sus tareas democrático- burguesas (liberación del imperialismo, unificación del país reforma agraria) combinadamente con la planificación de la industria estatizada y la colectivización de la economía agraria. La creación del campo socialista luego de la Revolución china, así como el desarrollo de las luchas anticoloniales y de liberación social y nacional, particularmente en Vietnam, Corea y Cuba, signa a las décadas del 40 y del 50 como fundamentales en el cambio de la relación de fuerzas a favor del proletariado internacional y el socialismo. Comienza lo que algunos denominan "la guerra fría", en realidad comienza una nueva etapa de enfrentamientos entre el capital y el trabajo en los países capitalistas desarrollados y entre los países oprimidos contra el capitalismo monopolista.