Por Ricardo Plaul

Mobutu despertó con los primeros rayos del sol. Se había guarecido en lo más alto de la copa de un árbol gigantesco y desde allí podía observar toda la sabana a su alrededor.
Una manada de antílopes deambulaba tranquila junto a la orilla de la gran laguna, donde se alimentaban una infinita variedad de aves. La vieja leona las vigilaba a la distancia. Esa noche trataría de encontrar una oportunidad para atrapar alguna de las más pequeñas. Hacía días que lograban burlarla.... Continuar leyendo