por Ricardo L Plaul
El sol se despedía enclaustrado
entre nubes negras de frío,
El viento aullaba como un lobo asustado,
levantando remolinos de soledad
en los rincones sucios del alma.
Los ruidos de la calle
no alteraban su rostro crispado
por los rigores del sexo,
que construía futuros posibles
en un jergón chirriante y olvidado de amor.
Las caricias iban desgarrando la piel
como una caricatura de si mismas.
Un baile sin fortuna se desplegaba
insolente frente a ídolos destruidos
por el tiempo... Continuar leyendo