por Ricardo Plaul
Julián tomó la escopeta que le había regalado su tío y se dirigió al monte a cazar palomas. Desde que se habían mudado a Córdoba, después del divorcio de sus padres, la caza se había convertido en algo más que su hobbie favorito. Si a la nueva novia de su padre no le gustaba no le había dicho nada. Después de todo casi era de su edad. Su cuerpo joven lo había desvelado muchas noches.
Se adentró en el monte de eucaliptos, respiró profundamente y comenzó a moverse tratando de... Continuar leyendo