Por Ricardo Plaul
Era una palabra antigua
que se resistía a morir.
Crecía en secreto al amparo
de manos imprevisibles y
miradas secretas.
En vientres de vida y
ojos de muertes tempranas
calmaba el llanto
atravesado en las gargantas.
Un día alzó vuelo y ya
no quiso visitarme.
Se fue diluyendo en los otoños que
deshojan almas inquietas,
cuando pierden el habla
en los paredones de algún olvido.
Murió tal vez en las ausencias
que se resisten a partir,
pariendo inviernos de soledad
a cada paso... Continuar leyendo