Ricardo L Plaul
Compartí esas veredas preñadas del viento
que te hirió, cuando yo no existía en tus anhelos.
La soledad jugaba escondidas entre las hojas secas
de la vida.
Anidé palpitante en tu ternura
como una brasa en el corazón del tiempo.
Mi gorrión alquiló un trino de oro esta mañana
Y te invitó a pasear en el turbulento vuelo
de la libertad.
Envolví tu cielo entre mis ojos
y cedí a la tentación de tu presencia.
Conozco el peligro de la altura
y la desazón de la distancia,
sin embargo...me... Continuar leyendo