Ricardo L Plaul
Finalmente te has ido.
Me invade el dolor de ese destino
que vaga por mi rostro,
como las hojas secas de un otoño tardío.
Se fue de mi vida y dejó sus huellas,
que recorren aviesas las tardes anodinas,
que descansan entre los pliegues de mi piel.
Dejó sus silencios impertinentes,
esos, que todo lo pueden,
que todo lo dicen.
No quedan sus cartas,
ardieron en el rencor de la ausencia.
Quedan cicatrices de bordes abisales,
tarjetas baratas compradas de apuro,
algunas hojas secas entre... Continuar leyendo