por Vladia Rubio
jueves, 13 de mayo de 2010, 3:01
Entonces éramos sabios. Fue en tiempos del barro y el maíz, cuando las flores no se compraban, y la tibia madre tierra era la mejor cobija para nuestros muertos. Ahora, hay quien decide ser enterrado en un ataúd de oro macizo, de 34 mil euros; y se pagan en subasta 200 mil dólares por una orquídea.
Los aromas de la hierba húmeda, de la lluvia cayendo, del pan recién horneado y el limón, aun sobreviven; mas como no están tras las vidrieras ni se... Continuar leyendo