Una gota de sangre cayó en la tierra del trabajo,
Mariano Ferreyra era su nombre
y militaba en la fe de la Revolución.
Temprano tocaron la campana
Y partió en el tren de sus sueños libertarios,
Un abrazo de hermanos lo acompaña
en la morada de la lucha, en el vagón
de la utopía inconclusa.
Su camino se ensancha ya en las calles,
mil voces corean sus consignas,
hay un sudor de libertad en sus rostros,
un pliegue de justicia en sus puños.
Un obrero ha caído y un solo grito
lo... Continuar leyendo