Por Ricardo Plaul
Con tu sangre, con tu cuerpo, labraste tu cruz
echando del templo la injusticia.
La Pasión navegaba en tu Palabra
frente al Poder de siempre, de nunca,
del asesinato impune.
El Cristo que murió en Bolivia te dejó su lucha
entre los pobres, el Mayo francés su aliento.
El Evangelio fue el Credo de tu Revolución.
El grito de justicia fue creciendo
en la garganta de tu pueblo,
tus manos cercaban la violencia.
Fuiste muriendo con cada joven
que desgarraba su vida, con cada disparo de... Continuar leyendo