Por Sandra Russo
Era previsible, aunque aun así parecía descabellado: a la magnífica fiesta del Bicentenario iba a seguirle el revival de una de las falsas opciones no saldadas de la argentinidad. Era previsible quizá precisamente por lo descabellado, porque la reacción es así, siempre fue así, salvaje, demente en su capricho de etiquetarse superior a los otros. Pero aun así, no deja de azorar el incipiente replanteo del binomio civilización o barbarie. Esa es la estructura, el mito que late... Continuar leyendo