Una luna pequeña adormecía la tierra,
somnolienta la noche salió a contar historias
sobre las aguas quietas,
antiguas soledades cabalgaban su furia
y sombras marmoladas callaban su destino.
Un dolor incipiente golpeaba estremecido
en los corredores del alma,
acaso adivinaban el adiós de la tarde
llorando mi nostalgia.
El jardín y su fuente:
todo es más grande a la
distancia,
mi madre y sus
juegos:
todo es más triste a la
distancia.
En el silencio abrumador de esta aventura
quiero...
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