Por Emir Sader *
El escepticismo parece un buen refugio en tiempos en que ya se decretó el fin de las utopías, el fin del socialismo e incluso el fin de la historia. Es más cómodo decir que no se cree en nada, que todo es igual, que nada merece la pena. El socialismo habría devenido en tiranía, la política en corrupción, los ideales en intereses.
La naturaleza humana sería esencialmente mala: egoísta, violenta, propensa a la corrupción.
En ese escenario, sólo restaría no creer en nada, por lo que... Continuar leyendo