"¿Cómo serán las calles por las que te adelantas a las futuras horas?" dijo uno de los dos mientras caminábamos por las calles de Banfield. Nos detuvimos en Alvear y Larroque a fumar un pucho mientras los tilos endulzaban nuestros recuerdos de París. Teníamos poco tiempo y fue entonces cuando su voz afrancesada recitó aquellos versos:
Como en un sueño de la Maga
yo transité las calles de tu Rayuela,
con el sabor de tu cuerpo
saltando sobre mi cielo,
con el miedo silencioso
de la pasión que... Continuar leyendo