Silvana Melo (APE)
No hay país que uno conozca donde los niños crezcan pisando suelo tan inseguro. Donde la tierra se les quite a los pies y se venda como en almacén. Donde la letra de las leyes sea apenas una cortina que se recoge un rato para firmar tres papeles y después se vuelve a desplegar, bello ornamento para una verdad que la empuja al galponcito de atrás.
Los wichis acechados por su muerte blanca, los tobas flacos de hueso en sobrepiel, los mapuches solos, de rostro hermético y estoico... Continuar leyendo