Hoy vengo a decir adiós
con el ocaso en la piel
y un viento frío en el alma.
Todo se suspende...
y la pasión se arroja
al abismo de este otoño.
Se demoran las caricias
en el teclado inefable
de la vida.
No nos debemos nada
y nos debemos todo.
¿Cómo abandonar este calor
y esta esperanza?
¿Cómo apagar la luz
de nuestro mundo?
Lentamente, muy lentamente,
este momento único
me abandona.
Escasos rastros florecen
en la arena de mi tiempo.
Mi corazón danza en tu mirada
una vez más.
13/11/09