Ricardo L Plaul
En el desierto de las palabras
sólo resuena tu voz,
que desciende en cascada
sobre mi corazón.
Ebrio con tu presencia
cercana e inasible
sólo requiero unas horas de tu vida.
Acércate al horizonte de mi esperanza,
déjame abrazar la fantasía
de saberte mía.
Déjame pensar que esta
turbia embriaguez es la poesía.
Quiero saber de tus labios,
quiero saber de tu piel junto a la mia.
Ya no puedo vivir sin este amor,
sin el único sueño
que atesoran mis días.