ERÓTICA
El alma puso un relámpago rojo
en la intimidad de la carne,
sus aguas agitadas
no encontraban descanso
en sus ojos sedientos de vida,
y caracoleaba el cielo
con el placer de sus caprichos.
A espaldas de la noche
derramé sus lunas
sobre su cuerpo insomne.
La agonía del misterio
corrompió las tardes
del goce compartido,
y el miedo a perderte
fue tan absurdo
como tu despedida.
Ven al encuentro de mi ocaso,
mis manos extrañan
las caricias prohibidas.
En cada parcela de mi hastío,
ven a jugar la ... Continuar leyendo