Abrazos conjugados de prisa
en el andén de algún tren.
Abrazos llorados de pena
en repetidos velorios del alma.
Abrazos del amigo
que se fue de gira temprano,
a esperarnos, seguro.
Abrazos en los que la pasión
nos desnuda la piel y el corazón.
Abrazos del reencuentro
en un recodo del tiempo,
en un descanso del camino.
Abrazos formales de oficina,
de ya- no -te -quiero, pero igual te extraño.
Abrazos de madre
en lo profundo de la vida y del amor.
Abrazos paridos en la certeza
de saberte mía en cada... Continuar leyendo