Por ricardo Plaul
En el caudal inevitable de la dicha
que quedó olvidada, se amesetaron los sueños,
vencieron los elogios vanos su coraza aparente
y como una mariposa apolillada subió y subió
las escaleras de la formalidad y el protocolo.
Esgrimió tarjetas y títulos de dudosa estirpe
en alfombras regadas por sangres y sudores ajenos.
Hubo risas augustas y camas con dosel,
veleros de lujo condujeron su suerte
en mesas de póquer y bacará,
sus manos hundieron la fortuna
en el escote profundo de... Continuar leyendo