Ricardo Plaul
En un pequeño instante, imprevisible y nuestro,
la vida tuvo el color de nuestros sueños.
En los muros de mi espacio fue abriendo
su corola el tiempo de nuestros silencios
y nuestras alegrías.
De mil modos tu presencia fue pulsando
las cuerdas de una armonía intensa
en el plenilunio del encuentro.
Con las manos cansadas de perder afectos
fui acariciando los secretos deseos,
los duendes traviesos de este amor
encendían guirnaldas de cariño,
enredando ternuras , cobijando... Continuar leyendo