Ricardo L Plaul
Como el corazón abierto de un niño
el sol se cobijó en sus manos.
Las pequeñas ternuras
se demoraron como duendes
en el patio de la escuela,
Y como un pájaro sin alas
se disolvió la muerte.
El alfarero de los sueños
sabrá dónde se esconden
y un arco-íris sin dueño
visitará la ingenuidad de ese mañana.
Como antiguos magos medievales
construyan puentes imposibles,
ataquen los viejos molinos de La Mancha
con el soplo matinal de la alegría.
Celebren la locura de ser
de... Continuar leyendo