Ricardo Plaul
Tu nombre viene a mi encuentro
en la aurora depurada de vicios,
mis pasos van hacia el poniente
guiando tu destino, en un remolino
ardiente que gira en tu deseo,
que se desvanece en el recuerdo,
y va derramando el licor del viento
en los senderos de tu ausencia.
La libertad enseñoreaba su pasión
en tus caderas prietas, y al romper
las cadenas, supe junto a ese mar bravío
que al fin en el silencio,
tus ojos serían míos.
La primavera suspiraba
en cada hilván de nuestro tiempo,
tu boca... Continuar leyendo