Por Ricardo L Plaul
Sobre el muro del tiempo,
en un concilio de pasiones
amaneció tu desvelo entre mis manos.
Una primavera de sueños
reptaba en tus antojos,
la piel, era un placer desnudo
gimiendo su destino.
La esperanza estallaba a cada paso,
Y en el letargo del después
acariciaban mis ojos tu destino.
Puedo encender tus demonios
Y demorarme en tus llamas,
con la embriaguez inagotable
del deseo que prolongas, que proteges,
que me alcanza.
Acaso sea un delirio imaginarte
en versos, en... Continuar leyendo