Por Ricardo Plaul
Gime la sorpresa que tanto tiempo llevaste
agazapada en el morral de tus sueños.
Estaba adormecida en una fractura de la noche,
que espera en el letargo matinal
de los pequeños gestos.
Las causas y los efectos están encerrados
en la palma de tu universo misterioso.
No me esperes porque aún no me conoces,
no aguardes el final de las palabras.
Simplemente en el futuro
no hay una cuenta que lleve mi nombre.
He decidido quedarme aquí, sin tu sombra,
en este instante en el que soy... Continuar leyendo