Por Ricardo Plaul
Julián subió al subte de la línea C rumbo a Retiro. Iba sumido en sus pensamientos y ni siquiera era consciente de la marea humana que lo acompañaba aquel fresco día de otoño. Pensaba que a algunas personas la suerte las acompañaba casi toda la vida y que para otras, en cambio, la desgracia era su sino. Él creía que la diosa Fortuna era por lo menos su amante esa mañana.
Si bien su madre había fallecido cuando él era un bebé y su padre para ese entonces era un ilustre... Continuar leyendo