Por Ricardo Plaul
En pequeñas tiras cayó la oscuridad de cada palabra,
arrojada como un puñal en el rostro ardiente,
en el cuerpo doliente que se abría a tu castigo.
Llorabas con cada trompada de lágrimas débiles
mojando tu rabia ancestral, tu miedo
de perderla para siempre.
Y para siempre tus disculpas sin destino,
Y para siempre la culpa pegajosa rondando
tus esquinas, tus aristas filosas, las fintas
de la muerte que viste cada mañana
empapada en barro- pobre... Continuar leyendo