Por Ricardo L Plaul
Se resquebrajaron sus manos,
perdió su rostro gajo a gajo
en laberintos de tiempo, y de a poco,
se enfrió su corazón.
Fueron caminando sus recuerdos
hasta ser un punto en el horizonte
de sus desdichas.
Iluminó un poco más la noche
con su sonrisa tristona, casi una mueca
en el desierto de sus pasos lentos.
Se alisó el vestidito corto
con la rabia entre sus pierna sabias.
Sangraron sus labios cuando mordió sus pérdidas,
cuando lloró por última vez en el umbral
de todos sus ... Continuar leyendo