Por Ricardo L Plaul
Cuando la mirada se atreve se ensancha el corazón,
resbala por la piel al encuentro de otro mundo
de cristal y de miel.
Canela y ron acompasando el amor,
tormenta y gemido en un guión prohibido
en este espacio, en este tiempo de olvidos.
Nada existe fuera de nosotros,
un espiral envuelve la palabra
y la convierte en deseo para siempre,
se diluye en juventud y esperanza,
en el futuro que se gastó en el camino.
Ayer y hoy son lo mismo, ahora escribimos,
amamos, lloramos, amamos,
en el río que nos bañó desde siempre,
para siempre, desde el primer vagido
de la especie.
Arrojo esta botella y va a tu encuentro:
recógela en tu seno descubierto,
tiene en su verbo la pasión de los tiempos.
08/10/10