Por Ricardo Luis Plaul
Han cortado flores que mueren para llevarle a los muertos,
han cortado amarras con los cuerpos que nunca han estado,
que nunca más estarán. Atesoran recuerdos que mueren,
como las flores, como el tiempo, como el amor que se fue.
Han cortado las flores que llevaban la vida al jardín,
que marchitaban tu nombre mientras tú vivías,
que pisoteaban pensamientos y no-me-olvides,
mientras tú recordabas, respirabas, me golpeabas de olvidos,
me llevabas lentamente al infinito de tu muerte.
Han talado la Memoria como una traición al olvido,
como fantasmas llevarán el cuerpo sin nombre al rincón sin deseos,
que amanece de noche, con las lunas amargas
que impregnaron los vientres de futuro, con los gritos
cargados de locas esperanzas, de tiempos en los que no existirán,
ni siquiera sus voces, ni siquiera las flores que los vivos
dejarán vivir para los muertos.
Escondieron retoños con muros de dinero, mugre de pólvora y acero,
Pero de apoco se romperá la roca, vomitará verdades,
florecerán las manos que construyen historias cotidianas,
de madres y abuelas, de hijos y nietos, de soles que amanecen
sobre los cuerpos yertos.
26/06/2011